20091215

ENSAYO: Critica de una crítica en crisis

Por. Daniel Valdez

Sin duda, la patología cultural más evidente de nuestra sociedad posmoderna es el predominio de la imagen sobre la palabra. Imágenes que impregnan el tejido de la vida cotidiana hasta construirse en ideología de consumo. Los límites de mi mundo son los límites de mi lenguaje. Pero ahora parece que el capitalismo multinacional con su sádica maquinaria expansionista amordaza a Wittgenstein para aplicar en él el mismo sistema de depuramiento conductista -tratamiento ludovico- que el protagonista de Clock Work Orange tuvo que sufrir; y ahora esta sentencia adquiero otro matiz. Ergo, los límites de mi lenguaje son los límites de mi campo visual, los límites de mi campo visual se reducen a unos cuantos anuncios publicitarios.

Es por eso que el cine es una de los instrumentos de expansión ideológica más poderosos de los Estados Unidos. El cine de Hollywood, y en muchos casos el cine norteamericano independiente, funcionan eficazmente como largos anuncios publicitarios, donde se promueven valores, hábitos, estructuras mentales, fantasías convulsas, conductas esquizofrénicas y vocablos aberrantes que tanto usted como yo podemos comprar en el cine de nuestra localidad más cercana. Desde luego no es sólo el cine quien pone a nuestra disposición dichos productos. La televisión cuenta aún con una mayor capacidad de influencia sobre el espectador, debido a su gran accesibilidad. De la misma manera, la cinematografía norteamericana no es el único pelo en la sopa, y es ahí donde deberíamos de comenzar a preocuparnos.

Pero, ¿para qué preocuparme por ver “buen cine” o “cine de arte” si yo lo que busco es mero entretenimiento y expandir mi yo-individual-contemplador para regresar a casa imaginando que tuve una experiencia? Podría exclamar el espectador medio, a lo que el humanismo liberal tiene, a mi parecer, una certera respuesta: Es necesario ver “buen cine”, simplemente porque nos hace personas mejores. Una buena película siempre nos brindará las herramientas adecuadas para reorganizar nuestra vida en una experiencia coherente, para profundizar en la naturaleza de los hechos y fortalecer nuestra capacidad de discención crítica. Por tanto, el cine tiene una función didáctica – espero no intimidar con estos términos- y mucho de útil. No me gustaría que esto se malinterpretara con el delirio racionalista del positivismo decimonónico, y por ello, antes de ir más allá prefiero dejar este punto en suspenso que podría ser materia para un análisis más extenso. Ahora la interrogante que surge es: ¿qué quiere decir “buen cine? No creo estar capacitado para contestar una pregunta de esta envergadura, sin embargo puedo decir que existe – ¿o existía?- una institución que funcionaba como profilaxis cultural para preservar la salud del panorama cinematográfico: La crítica de cine.

Desde su nacimiento el cine estuvo acompañado de este molesto furúnculo que cultivaban los hombres de letras, y cuya aportación teórica fue determinante para dar sustento a la definición misma de cine. Durante el fermento cultural de los sesentas, la crítica de cine adquirió un lugar importante dentro de los círculos intelectuales. En toda conversación era común ver como se citaba a Hegel y a Fellini sin ninguna transición. Revistas como Positif, Cahiers du Cinema y Cinema ’60 por mencionar algunas, eran un punto de referencia fundamental.

En nuestro país, la crítica cinematográfica fue ensayada por gente de la talla de Alfonso Reyes y Martin Luis Guzmán, ( quien firmaban en colaboración con el seudónimo de “Fosforo”) entre otros literatos que decodificaban, a su manera, ese exótico lenguaje de imágenes. No puede dejar de mencionarse la fugaz pero decisiva aparición de la revista Nuevo Cine, que de alguna manera dio cauce a las exigencias de una generación preocupada por la cultura. El papel de la crítica sugería una especie de tamiz, filtro o vacuna contra el influjo pernicioso de imágenes que llevan consigo una carga ideologizante. Su labor propició que cineastas reflexionaran más sobre sus propias obras y que cayera sobre ellos la conciencia de que hacer cine implica más responsabilidades de las que habían imaginado. Como vamos viendo, en la actualidad ya no sucede lo mismo. Hoy en día la crítica en México ya no cuenta con la misma fuerza de antes. Uno de los hechos que lo comprueban puede rastrarse en la trayectoria del veterano crítico semanal Jorge Ayala Blanco, que con alquímica mezcla de sociología, psicoanálisis y semiótica había edificado la mejor de las maneras de ejercer análisiscrítico sobre cine, con excelente prosa y una inteligente construcción de los temas. Y quién ahora prefiere el estilo cripticoviolento que se encuentra más cercano al comentario. Otro ejemplo es el caso de Nelson Carro, quien se obstina en una metodología de añoranza hermenéutica sin dar lugar a lecturas más profundas. Carlos Bonfil, Luis Tovar y Gustavo García son el modelo del sinóptico puntual y el buen promotor. Ni que decir de revistas pseudoespecializadas como Cinepremiere o Cinemanía, donde figuran, más que otra cosa, la publicidad y el chisme tras bambalinas de la industria cinematográfica. La situación parece decirnos que cada vez es mas fácil salir a la calle, manipular una cámara y hacer una película; pero cada vez más difícil ir al cine, empuñar la pluma y decir que tal o cual película merece nuestra apreciación. Este fenómeno no es más que una de las tantas consecuencias de la problemática imagen/palabra de la era posmoderna que comentaba al principio. El flujo de imágenes es vertiginoso y su resistencia es menor. La crítica era resistencia. Justo es decir que conviene revitalizar el ejercicio de la crítica cinematográfica en nuestro país, una actividad que no es exclusiva de comunicólogos ni de cinéfilos diletantes y esparcidos como los de nuestros cineclubes universitarios. Si lo pensamos, es un campo más óptimo para la gente de formación humanística que consiga enlazar las especulaciones estéticas con el ensayo sociológico, y alejar a la crítica, de una vez por todas, de los criterios de la moda que la sedujeron.

20091207

ENSAYO: Mujer, la vida es más suave, vívela!

Para desconectar el cerebro un poco:
Lamentablemente el hombre se niega a reflexionar sobre temas verdaderamente importantes por el miedo de usar su cerebro. En cambio, lo sobresaturamos con noticias basura que salen y entran de la política al medio del espectáculo alimentándose mutuamente hasta formar una masa obesa y deforme. Esta es la interfaz generalizada de los medios hoy por hoy. Es la explosión de la información pero la implosión del significado. Dentro de este mundo lo que ha robado reflectores esta semana es el nuevo sencillo de Alejandro Fernández titulado “unas nalgadas” lo cual a causado molestias y muchos dolores de cabeza a los medios y movimientos feministas.

Sobre los movimientos feministas hay poco que decir pues tal parece que se han dejado llevar por la ira más que por el análisis profundo y bien estudiado, pero sobre algunos medios las reacciones que han llevado a cabo me sorprenden: a partir de la salida del priísmo se ha luchado y pugnado desde la silla de los medios de comunicación por una apertura total reflejada en una libertad de expresión que se mueva en tiempo y en espacio al mismo tiempo y con un nivel óptimo de claridad y desempeño informativo. Hoy que estamos día a día un paso más adelante, nos asustamos.

Si bien la letra de la canción podría resultar incómoda y de mal gusto la exageración y la cantidad de conceptos que se le han atribuido a partir de la imaginación de algunas “comunicadoras” es irrisible y sólo demuestra la falta de criterio y el rezago intelectual de las que son objeto y en un afán de inseguridad lo derraman y esparcen a su auditorio: el feminismo les sobrepasa y afecta su calidad expositiva olvidando la imparcialidad.

Feminismo e inseguridades:
El gran periodista y novelista norteamericano Norman Mailer, a fines de los sesentas, declaró ante Orson Welles en un programa que era trasmitido de costa a costa: las mujeres deberían de vivir en jaulas. Claro, como era de esperarse, las únicas que se estremecieron ante tal declaración fueron las feministas ¿Porqué? Estaban encerradas, como desafortunadamente lo siguen estando, en un papel de inferioridad y sensibilidad discursiva. El resto de los medios y población simplemente lo castigó de la manera más civilizada para un pueblo que goce de llevar este nombre: Cuando norman intentó postularse para la alcaldía de nueva York sus comentarios pesaron y simplemente no fue electo.

Hablamos de un hombre que declaró en la época más incendiaria, y precisamente la menos inteligente del movimiento feminista: la única verdad es que la primera responsabilidad de una mujer probablemente sea permanecer en la tierra el tiempo necesario para encontrar el mejor compañero posible, y concebir hijos que mejoren la especie. Dichas declaraciones le ganaron el odio exacerbado y el profundo desprecio de las mujeres. Pero el inteligente escritor en lugar de encerrarse en un discurso laberíntico y estúpidamente inconciente, las enfrentó publicando en 1972 “el prisionero del sexo”. En dicha obra analiza minuciosamente numerosos panfletos, artículos, ponencias y oratorias de destacadas feministas para deconstruir y buscar, exitosamente, la fragilidad del discurso feminista y concluye: las mujeres deben de tener una vida que les permita buscar su propio derecho a tener un compañero y no habrá búsqueda libre hasta que ellas se liberen. Dejemos entonces que las mujeres sean lo que quieren y lo que pueden. Dejemos que cohabiten con elefantes, si así lo desean, o hagan el amor con mastínes. Démosles la libertad y dejemos que la quemen, que la vuelen, que hagan de ella el triunfo o la derrota. Dejémosles concebir sus hijos y matarlos en el útero, si así lo creen necesario, viajar a la luna, escribir la gran novela norteamericana. Y que sus maridos las envíen a trabajar con una cesta de comida y un cigarro. Podrán legislar, encarcelar, y vestir uniforme; morir de cualquier enfermedad masculina: la primera de ellas, los años de agobio; así aprenderán que las mujeres realizan tareas onerosas mientras los hombres trabajan para sus yo, que no sólo son onerosos sino a veces insanos. De este modo las mujeres podrán intentar vivir con yos masculinos dentro de su propio cráneo: los hombres las aplaudirán ¡no es cierto!

Mailer no fue odiado por machista, fue despreciado por las feministas por que puso el dedo en la herida. Una llaga que aún molesta y sangra pues sigue doliendo.

Medios de comunicación e intelectuales ¿prostitución o maridaje?
El problema en el caso que aquí abordo se centra principalmente en el escaso margen de manejo que tienen de la libertad los llamados “intelectuales”. Si ocultar los hechos es una de las tareas del político, nombrarlos es una de las tareas del comunicador. Para concretar la idea basta mencionar que el arte es el reflejo de la sociedad. El peligro del machismo no está en una burda canción, sino en el pensar generalizado y solapado por la irreflexión política e intelectual: Grupos de poder que sólo sirven para delimitar y preservar eso que les brinda credibilidad y estatus. Esto sucede por que el intelectual en México ha adquirido un poder político igualable al de los servidores pero con la gran ventaja de que no tiene que responder por sus actos. Con este poder el intelectual inserto en los medios de comunicaciones produce programas, estereotipos de lo que debería ser la mujer, ya sea entre los narcotraficantes, ya sea entre los políticos o ya sea en la vida diaria. El intelectual es alguien privilegiado con información por lo que no se puede decir que no tiene la capacidad de decidir, pero no lo hace: dónde están las mujeres asesinadas en el norte ¿y las del estado? ¿Cuál es el papel de la mujer en las comedias? ¿Y la mujer objeto promovida por la misma mujer? La seudo escritora Elena Poniatowska es un ejemplo de este tipo de intelectual que hoy, también se ofende. O ya se nos olvidó que perdió una demanda por tergiversar la información de sus entrevistados al mismo tiempo que en nueva York recibía un premio de manos de sus amigas feministas de los premios “courage awards” ¿error de apreciación o de omisión?

¿No hay más temas en las agendas de la política nacional e internacional verdaderamente preocupantes? ¿Tan débiles somos y tan pequeños mentalmente nos consideran los medios como para dar por hecho que necesitamos de ellos para interpretar una canción?

La fama ilimitada que se le ha dado a la canción del potrillo sobre pasa por mucho el análisis o las consecuencias que el verdadero machismo exacerbado puede provocar. La canción es de mal gusto, SÍ, pero no es mejor o peor que las de otros intérpretes ya sea en inglés o en español. Si no gusta, no la escuche. Castigue al compositor y al cantante no adquiriendo su obra y no acudiendo a los conciertos. Estos son actos que llevaría a cabo cualquier nación libre y democrática con o sin ayuda de unos medios y comunicadores servilistas, tarados y con una mínima capacidad de reflexión.

A todos los medios e intelectuales que gritan el retiro de la canción cometen un gran error. Esto significaría retroceder el poco espacio que hemos ganado desde aquel priísmo censurador y paternalista. La libertad de expresión es un concepto recién llegado a la esfera pública. Nadie nace sabiéndolo utilizar, todo es parte de un proceso y como tal tenemos que aceptar los claroscuros de éste.

La música es vida que bulle. Escuche la canción, diviértase, reflexione en silencio y después continúe su camino por la vereda de las notas delicadas y tersas que viajan por el pentagrama como suaves murmullos de Dios. Hay un mundo allá fuera esperando por ti, el cantautor; LENINE. De lo mejor que he escuchado y libre de comentarios conservadores llenos de moho y ropa íntima quemada.

Brindo por Mailer, por la canción de Fernández y por paquita la del barrio y su fiel seguidora intelectual y sancho inseparable ideológicamente, la leona dormida.

Para todos ustedes, El Predicador Moral.

P. D. YO TAMBIÉN LES AMO!

20091202

ENSAYO: De la antología del pan a la de la torta


"I refuse to go into a fast-food outlet
–to use the toilet even–
in case anyone got the wrong idea and thought
I was sneaking in a quick burger."
Jonny Wilkinson


Por Osfabel Diteos, candidato al título de Maestro en Artes Visuales
por la Universidad Nacional Autónoma de México.















1. Puesto de tortas siglo XXI.















2. Puesto de Tortas pintado por Diego Rivera. Autoretrato de
Diego Rivera (niño comiendo torta). Detalle del mural Sueño
de una tarde dominical en la Alameda Central.


De la antología del pan a la de las tortas.

Las tortas son diversas, las hay ahogadas como de tamal, de aguacate como de plátano, esta diversidad también refleja una parte de la creatividad de las personas que las consumen y que las preparan. Esta creatividad ha logrado evidenciarse no sólo en la variedad de las tortas o en la manera de ofrecerlas en carteles o a grito suelto, dando como resultado un gran número de nombres para las mismas, sino también en los contextos en los que las tortas son el eje central, que son envueltos, por la tapa y la base, una serie de eventos más que gastronómicos, como los sociales, los antropológicos, los urbanos, los históricos, los políticos y claro los económicos, con todo el picante que esto conlleva.
Si bien, las tortas, con su combinación de ingredientes originales, representan un proceso de mestizaje dentro de la cultura y la historia mexicana. Al ser el claro ejemplo de interacción cultural entre los españoles y los indígenas mexicanos, a través de la composición y del origen de cada ingrediente. Tortas desde la conquista y hasta en las crisis hemos tenido, pero, no sólo en su representación del mestizaje, ya que hay la cubana, la colombiana, la hawaiana, la gringa, la alemana, la suiza y hasta la holandesa, muy a pesar de que la referencia cultural exista más en un imaginario, muchas veces absurdo, que en una hibridación gastronómica sustancial.
En las tortas algo se esconde porque el bolillo o telera, con su forma redonda lo cubre; una sorpresa, como dice Salvador Novo en su célebre ensayo Antología del pan, esa sorpresa puede ser tanto la del deleite como la del encuentro, dado que el lugar de las torterías, conquistado por el tiempo, es la calle. Algunos puestos han evolucionado en las loncherías que en ocasiones alcanzan a establecerse como lugares de culto al paladar ocasional.
Pero el verdadero espacio urbano para comer una torta, es sin duda la calle, por ser el más próximo y público para el hambre, hambre porque en la calle hasta un “taco de ojo” cuando hay “buenas tortas”. Los olores y las relaciones que crea un espacio inadecuado pero espontáneo, inadaptado pero ingenioso, carente de espacio pero “para comer aquí o para llevar comiendo”.
Y en cierta forma, ni la oleada de comida rápida global ni la mcdonaldización representan un peligro para que se extinga este emparedado tortuguesco de comida rápida urbana. Las tortas en México no se “desmejicanizan” frente a la globalización como lo dice Novo sobre el bolillo y la telera, en la actualidad el lunes puede ser de tortas y el martes de pizza al 2 X 1. Nada quita que las mismas tortas coman, coma, coman también de la competencia extranjera, siempre hay algo que digerir. Las tortas se han adaptado a la más ínfima dinámica global de nuestro tiempo, la de la velocidad y la prisa, la del hacinamiento y el flujo de personas, la de la variedad y la multiculturalidad, la de la fusión y lo absurdo.
“Para mí, una de pierna con quesillo, mucho aguacate y poco picante, por favor.”
Un saludo, O SFa

20091201

ENSAYO: Pactos diabólicos: una mirada más allá desde la música.

Los genios musicales ¿pactos satánicos o leyendas absurdas?


"Ninguna disciplina puede ser perfecta sin la música; sin ella nada existe. Se afirma que el mundo mismo fue compuesto de acuerdo a una cierta armonía de sonidos y que el mismo cielo gira bajo la modulación de la armonía" ("Etimologías", Iii, 17.1).


En la antigüedad la maldad era uno de los tantos sinónimos de inteligencia, al menos en lo que a la música se refiere. De Compositores e interpretes la historia musical da cuenta de ello. Mozart, Tartini, Paganini, Wagner, y más recientemente b. b. King y Peter Gabriel. Sin duda la complejidad de sus asombrosas composiciones une a todos estos personajes. De todos aquellos grupos metaleros o roqueros tales como Marilyn Manson, korn, Ossy Osborn y sepultura no queda más que decir que la mercadotecnia los ha acercado al culto de Belcebú más como estrategias publicitarias y exceso de psicotrópicos que vínculos verdaderamente malignos. No debemos confundir faramalla y extravagancia en el escenario con ingenio compositor. si bien paganini, usaba ya ciertos símbolos en el escenario que denotaban un aparente maridaje con Satán esto era propiciado más como burla a la racionalidad europea que como un verdadero pacto diabólico.

Varios artículos ya dan cuenta de intérpretes y compositores que aparentemente le han vendido su alma a algún ente relacionado con el inframundo para obtener a cambio habilidades o revelaciones que les permitan incrementar sus capacidades pero en la mayoría de los casos éstas no son mas que falsas interpretaciones ocasionadas por el contexto, en el caso de la música sacra relacionada con la cultura judeocristiana, O debido a pretensiones de aquellos que aparentemente ignoran la superioridad técnica alcanzada por los supuestamente poseídos. No nos engañemos, detrás de todo esto no queda más que la justificación de las aburridas y tediosas composiciones actuales que al no poder establecer algún contacto creativo con el supuesto mundo de las tinieblas se transforman en melodías monótonas.

El asumir, tal y como se ha venido haciendo, que la genialidad musical tiene una estrecha relación con entes perversos sería desdeñar el esfuerzo así como ignorar los avances alcanzados en la música por todos aquellos involucrados en novelas fantásticas. Que si Mozart y la francmasonería, que si Warner y sus mensajes secretos que llevaron a Hitler a cometer los más horrendos crímenes del siglo pasado, que si Niccolo paganini y sus 24 caprichos dictados a la luz de la luna por un emisario de la oscuridad, que si escuchas de manera inversa la música de JuanGa invocarás al mal, que si luzbel le dictó en sueños a Tartini la sonata para violín “el trino del diablo”, que si la Trevi era una mensajera de Lucifer, que si los violines de Giuseppe guarneri del jesú encerraban al diablo mismo… así son las historias formuladas por un occidente tan racional, tan intelectual, tan avanzado, tan absurdo.

Efectivamente, a lo largo de la historia del siglo XX ha existido la maldad dentro del pentagrama pero no debemos olvidar que ésta ha sido propiciada más por seres humanos, Hitler, Stanley y Lenin, que por demonios. El progreso en ciencias como el psicoanálisis, la psiquiatría y la neurología nos dan la razón. La música, dice Ralph Adolphs y Gardner, permite al ejecutante y/o compositor ejercitar ciertas partes del cerebro que de otra manera no se utilizarían. Esto provoca un mayor flujo de sustancias naturales y por tanto mayor actividad en el individuo. En algunos casos extremos es tanta la excitación neuronal que se puede llegar a experimentar ataques parecidos a los epilépticos e incluso llegar al desmayo. Una vez expuesto esto podemos darnos cuenta por qué grandes mentes, desde inventores, escritores, compositores y asesinos, han estado asociadas con alguna actividad musical, y del porqué durante siglos el pensamiento religioso incineró en las hogueras del medioevo parte del progreso a costa de todos esos cerebros brillantes teóricamente posesos por Bafomet.

Justificar la creación de los 24 caprichos, Tristán e Isolda, el anillo de los nibelungos, Orfeo, el cuento del soldado, la sinfonía #12, 32, 22 y 24 como productos de pactos diabólicos sería desdeñar el estudio incansable de mentes brillantes comprometidas con una actividad tan elevada como la música. Ni pactos malignos ni influencia divina hay detrás de algo que es mucho más delicado y complicado, y no por que lo veamos desde una visión ateísta pues tomarlo así correspondería más a una interpretación occidental del hecho. Analicemos: en culturas orientales tan alejadas de las dicotomías y polaridades la música tiene un significado distinto. en el budismo (Yeombul, Hwacheong y beompae), por ejemplo; el genio musical corresponde al adelanto espiritual, mas como el resultado de un trabajo constante que como pactos con entes; en el sufismo (Zolnun y Ibn Faredh), la música ayuda a lograr niveles superiores de concentración los cuales permiten establecer el puente entre cuerpo y alma; para el hinduismo (Sangita-ratnakara) la relación entre expresión espiritual y el sonido es indisoluble pues es la conjunción entre el aliento y el fuego. Detrás de todo esto intérprete y compositor trabajan bajo la premisa del crecimiento mental. Por eso la música del medio y lejano oriente continúa moviéndose, en evolución constante. Incluso para los griegos, bajo la visión pitagórica, la armonía que viene del universo, la "armonía divina", penetra en la música, y purifica, calma, ennoblece y produce la reconciliación entre alma y cuerpo.

Pero En nuestro occidente diabólico y estático, tan lejano ya de sus orígenes griegos, Hace ya más de un siglo el filósofo alemán Nietzsche profetizaba:

Lo que cuento es la historia de los dos próximos siglos. Describe lo que sucederá, lo que no podrá suceder de otra manera: la llegada del nihilismo. Esta historia ya puede ser contada ahora, porque la necesidad misma esta en su acción. Este futuro habla ya en cien signos; este destino se anuncia por doquier; para esta música del porvenir ya están aguzadas todas las orejas (Nietzsche;2001 :31).

Y con justa razón. Si todo progreso en la música lo hemos interpretado desde un punto peyorativo no nos queda más que apelar a la repetición para no ser juzgados. La nueva cultura del remake, del cover, del plagio nos da la razón.

Si para regresar a la prosperidad musical olvidada desde el siglo XX y dejar de lado el regué ton, el pop, el Pink punk, el pop y todos esos géneros de acordes sencillos, que sólo intentan de mala manera recordar una etapa melancólica que muchos de nosotros ni siquiera vivimos, el occidente tiene que acudir a supuestos pactos diabólicos ¡qué así sea!

Todos Aquellos que después de leer esto aún insisten en el tema aquí les dejo algunas recomendaciones dónde seguramente podrán encontrar algún demonio: Antonin Dvorák (1841 1904) "Cert a Kaca" ("Catalina y el diablo"; El checo Bedrich Smetana (1824 1884) con "Certova tena" ("El muro del diablo; Hoffmann con "Die Elixiere de Teufels" ("Los elixires del diablo"; el alemán Giacomo Meyerbeer (1791 1864), , "Robert le diable" ("Roberto el diablo") y Victor Massè y su "La fiancèe du diable" ("La novia del diablo".

Miguel Alejandro (predicador moral)

20090827

CUENTO: Aurelio


―…a los más chicos se les dice corderos… ya los grandes son los borregos…
―Ah…

Yo estoy ahora mismo junto a Aurelio, a su derecha, viendo cómo harnea el frijol. El frijol se debe harnear con mucha calma, con gran cuidado, con una paciencia de veras tierna; el pan molido es para que brille y se vea más limpio, no hay que dejarle ni una sola piedra, ni una ramita, nada de polvo, y es que quien puede no se lleva el frijol sucio, a nadie le gusta escogerlo allá en su casa, bajo el silencio de la tarde, por eso nosotros tenemos que harnearlo. Aurelio se acaba de quedar callado después de contestarme lo último que le pregunté. Yo sigo sus movimientos veloces, sus brazos entre morenos y amarillos, sus manos nervudas, fuertes. También yo guardo silencio. A mis manos no les faltan venas, pero tienen menos que las suyas; yo no puedo harnear tan rápido como Aurelio ni tan bien, sus brazos están más correosos que los míos, limpian mejor el frijol y el alpiste, escogen la lenteja más rápidamente.

Hay una sonrisita en la cara de Aurelio, y es porque a él le gusta que yo le pregunte por las cosas de su pueblo. Él viene desde Puebla a trabajar hasta acá, a la Ciudad de México. Siempre me dice el nombre de su pueblo y siempre se me olvida. Sólo me acuerdo de que de allí se puede ver bien cerca el Pico de Orizaba. Aurelio, en su pueblo, antes de venirse, cuidaba borregos y horneaba pan. Los borregos eran de su familia; el pan de un panadero que era su patrón. Yo también sé más o menos cómo se hornea el pan, mi abuela tenía su propia panadería. Pero el pan que él hacía, de seguro, es más rico: el horno de allá, me ha dicho, es todo de piedra y se calienta con leña verde que hay que ir a cortar todos los días desde muy temprano, en lo alto del cerro. Acá no hay que cortar nada, el horno se calienta solo, basta con encenderlo y ya está. Por eso los brazos de Aurelio están todos llenos de cicatrices, de marcas que deja el machete, de quemaduras secas que deja el horno, porque el pan de allá sabe más rico.

Aurelio ya terminó de limpiar el bayo, seguro se va a seguir con el flor de mayo o con el vaquita. Ya casi acabamos. Son las siete de la noche. Hoy es domingo, nos toca paga. Ahora mismo yo descanso, a mí me tocó limpiar el frijol ayer. Conozco bien esta mirada de Aurelio, la pone cada que quiere que le pregunte otra cosa. Espera impaciente. Pero yo no le pregunto nada. Hace rato me estaba platicando de los borregos, de cómo los cuidaba. Dice que él ha matado algunos y que también les ha cortado el rabo a otros. Desde muy chico lo ponían a hacer esas cosas. Yo no le podría cortar la cola a un borrego recién nacido, y menos podría matar uno aunque ya estuviera grande; pero él sí puede, y hasta se los come si hace falta, no le importa nada que alguna vez lo anduvieran lamiendo. Yo no podría. Aunque en eso estoy de acuerdo con Aurelio, las cosas no están como para desperdiciarse, al menos nosotros no estamos como para desperdiciarlas. Platicamos poco, cada que los patrones se distraen porque no les gusta que platiquemos; lo que sí les gusta, lo que hasta los hace sonreír, lo que los pone contentos, es que trabajemos todo el día, calladitos, nada más recogiendo lo que se cae y despachando bien, ni un gramo más ni un gramo menos, “como debe que ser”. Hay que pesar bien las cosas. Y más si son de los patrones. Al fin y al cabo para eso nos pagan. Por algo son nuestros patrones.

Ahora mismo me están hablando a mí, me han de ir a mandar de seguro a hacer alguna cosa, ya descansé mucho. A Aurelio se le cambia la cara luego luego, como que se va a poner algo serio si no es que hasta enojado, quién sabe si porque ya me quitaron de junto a él o porque ya no le pregunté nada más aparte de lo de los borregos, quién sabe. La verdad es que esa cara es la misma que puso cuando me platicó que en su pueblo cerró la panadería y que en su casa se acabaron los borregos. A lo mejor y se va poner algo triste. Yo me pondría.

A veces me pregunto si acá en la ciudad hay alguien más a quien le guste escuchar a Aurelio. Si hay alguien más. Alguien que sí se acuerde del nombre de su pueblo.

20090824

GUIÓN: Diálogos para dos enamorados

Diálogo para dos enamorados I

Ext. Escuela - día

- Buscar sin esperar nada a cambio, o en su defecto, encontrar sin buscar demasiado.


Diálogo para dos enamorados II

Int. Habitación de Mauricio - Mediodía

- Pero yo no quiero lo que tu quieres.

- Tú debes querer lo que yo quiero, porque yo quise lo que tú quisiste.

- Bueno... ¿qué hago?

- Primero sácate la pelusa del ombligo.


Diálogo para dos enamorados III

Int. Fonda "Doña Lucía" - Tarde


- El silencioso que ejercita su vocación, ejercita el silencio...

- ¡Anda calláte! Mejor quítate las moronas del mogote.


Diálogo para dos enamorados IV

Int. Catina "El mojón ahumado" - Noche


- Mi memoria de ti, es como una botella lanzada al mar.

- Que tierno y eso cómo ha de ser...

- Pues nada hay que mantener el misterio.

- Pues yo veo posibilidades perdidas.









A kariina.

20090808

ENSAYO: Cultura y Globalización (II de II)

Hasta este punto hemos tratado las repercusiones culturales de la globalización como algo ajeno a nuestra vida, sin embargo, vale la pena hacer una reflexión en torno a cómo percibimos este fenómeno quienes ya somos parte de él.

Como ya se ha dicho, la globalización es producto de los procesos históricos que van de los siglos XVI al XIX, que se consolidó hasta la segunda mitad del siglo XX. Ahora bien ¿qué significa para nosotros, los nacidos en los 80’s, el alba del nuevo siglo? Ciertamente entendemos que nuestra ascendencia histórica es impresionante, pero en el fondo nos resulta ajena. Este cambio en la mentalidad, que es a la vez un cambio en la cultura ¿en qué medida se lo debemos al modelo económico actual?
Estamos muy lejos de la modernidad originaria, muy lejos de Hobbes, de la Ilustración de Montesquieu, de Voltaire y de Rousseau; no somos ya hijos de la Razón y tampoco creemos en el poder ilimitado del hombre sobre la naturaleza; mucho menos creemos en el papel del Estado ni el derecho constitucional; y desconocemos aquella idea de una sociedad siempre en continuo movimiento hacia el progreso.

Somos extraños a la tortuosa sucesión de poder entre Iglesia y Estado; ya que a nosotros nos tocó la pugna entre Estado y Mercado. Con todo, llegamos ya hacia los últimos capítulos aunque conocemos la crónica pormenorizada de esa transición. Nuestra crisis es la del capitalismo; una crisis social provocada por las profundas desigualdades que éste ha traído consigo; y por un enfrentamiento con la naturaleza.

En el curso de la segunda mitad del siglo –dice Lipovetsky-, la lógica del consumo de masas disuelve el universo de las homilías moralizadoras, ha erradicado los imperativos rigoristas y engendra una cultura en la que la felicidad predomina sobre el mandato moral, los placeres sobre la prohibición, la seducción sobre la obligación… Se ha edificado una nueva civilización, que ya no se dedica a vencer el deseo, sino a exacerbarlo y desculpabilizarlo.

Asimismo, somos la generación que se ha topado con la problemática de los límites. Fenómeno ya esbozado por Malthus, pero que hasta hoy cobra una dimensión real. Debido, entre otras cosas, a la superpoblación y al hecho fehaciente de que los recursos del planeta no son suficientes para satisfacer una demanda ilimitada por parte del modo de producción. Y aunque se ha señalado que una posible respuesta al problema, es la reducción en el consumo, lo cierto es que ello no basta, puesto que también existen limitaciones con respecto a la degradación y asimilación de los deshechos; se produce más rápido de lo que se puede reincorporar.

Entonces, de seguir con el mismo modelo –que seguramente así será- nuestro siglo XXI, será el que alcance en límite en el crecimiento. Aunado a ello, hemos constatado que la salida de emergencia llamada, Desarrollo sostenible, ha sido inhabilitada por una negligente ceguera ante los problemas. Ello significa que nuestro pensamiento ha sido moldeado para exprimir a la ya desacralizada naturaleza y transformarla para satisfacer nuestras casi infinitas necesidades subjetivas sin importar el costo que esto implique.

Inmersos en un nuevo paradigma, nuestras tradiciones han cambiado; ahora “emancipados” del control del Estado y entregados al Mercado divinizado, tenemos fe ciega en que el vertiginoso avance de las tecnologías terminará por extender esos límites.

Dicho sea de paso, este contexto es, en gran medida, el resultado de dos acontecimientos que tuvieron lugar hacia el final del siglo XX: por un lado las dos guerras y el proceso de posguerra; y por el otro, los fundamentos teóricos establecidos por la Escuela de Chicago.

Posteriormente, con el fin de la guerra fría y la conversión hacia un mundo unipolar; aparece el espejismo del “fin de la historia”; un mundo encaminado sólo hacia el progreso. Pero ¡oh decepción!, Adorno y Horkheimer vieron venir la “maldición del progreso constante”. En ese sentido, el fin del siglo XX es el punto de quiebre para configurar el cambio en la forma de pensar de la sociedad contemporánea, transformándonos de ciudadanos a consumidores.

Por ello, si hay que concluir sobre si este cambio en la tradición, y por ende en la identidad, tiene repercusiones significativas en la cultura, podríamos responder afirmativamente; una de ellas, es el conformismo pusilánime, causado por la derrota de la sociedad en su búsqueda de derechos sociales justos, en razón de la “libertad” de elegir de las “oportunidades” que ofrece –¿o impone?- el nuevo modelo económico.

20090721

ENSAYO: Globalización VS Responsabilidad

Por Miguel Alejandro Guerra

Sin duda la creciente crisis mundial ha llevado necesariamente a revisar el entramado de la globalización económica. El sistema que durante años dio enormes beneficios a los capitales especulativos que se movían sin ninguna regulación o pasaporte alrededor del mundo[1] terminó por agotarse. Estos no son controlados por gobierno nacional o instancia internacional alguna. Creando su propia jurisdicción, mofándose de los intereses colectivos y de las necesidades sociales de los pueblos; promueven, en su irresponsabilidad misma, catástrofes que generalmente afectan a una nación tras otra. La historia del siglo pasado nos lo demuestra y la actual crisis financiera mundial lo afirma: como ya sabemos una tras otra, las crisis internas de naciones grandes y pequeñas -México o Malasia, Indonesia o Tailandia, Japón o Corea- afectan con rapidez creciente a las economías, grandes o pequeñas, del resto del mundo. Un país puede tener el gobierno más excelente y democrático, pero un error financiero en otro país pequeño o una crisis de la eficiencia en un país grande puede echar abajo la salud interna de cualquier nación.

“Los defensores del discurso globalizador Como Jagdish Bhagwati, el distinguido defensor del libre comercio, y Fred Bergsten, director del Instituto Peterson de Economía Internacional, institución adalid de la globalización, comentan que no debemos preocuparnos ya que gracias al libre juego de las fuerzas del mercado, se acabará arreglando todo” (Rodrik, 2008, oct.). La verdad es que la globalización es un hecho y sería necio oponerse a ella en principio. Lo que sí estamos obligados a hacer es someterla a un análisis crítico.

Un punto importante de la globalización económica son los paraísos fiscales. Según el documento que acompaña al Proyecto de ley titulado Stop Tax Haven Abuse Act[2] contra los llamados centros financieros off shore y sus usuarios estadounidenses, laborado en el 2006 por los senadores Levin, Coleman y Obama, se señala que tan sólo en la unión americana, la nación más poderosa del mundo, se evadieron en un año 100 mil millones de dólares (Mergier, 2008, nov. 18).

El senador demócrata Carl Levin advertía ya desde entonces: "Con un déficit fiscal de 345 mil millones de dólares y un déficit presupuestario de 248 mil millones de dólares, no se podía tolerar una perdida de 100 mil millones de dólares cada año en las finanzas publicas” (Mergier, 2008, nov. 18)

¿Qué pasó con este proyecto? Fue olvidado pues molestó a muchos miembros influyentes y defensores del discurso económico global de la administración Bush; en particular al secretario del Tesoro, Henry Paulson–, además de generar tensiones diplomáticas con varios de los países aludidos.

Como podemos observar existen personalidades de peso articulando la permanencia de la desregulación de los capitales especulativos. Esto quedó claro cuando el pasado 21 de octubre se reunieron en parís, a iniciativa de Francia y Alemania, los secretarios de finanzas de 17 de los 30 miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Destacando las ausencias de Estados Unidos, Suiza, Austria, Luxemburgo y Liechtenstein. La explicación de esto es clara. El foro tenía la finalidad de elaborar nuevas estrategias de lucha contra los paraísos fiscales.

Pero esto no es nuevo: después de las crisis financieras y económicas que estallaron en los años noventa se comenzó a tener una verdadera preocupación por el tema, no obstante Christian Chavagneux, experto francés[3], menciona: "Desafortunadamente todo se paralizó con la llegada de George W. Bush al poder en Estados Unidos. La Casa Blanca impuso un nuevo giro a la política de la OCDE. El 10 de mayo de 2001, Paul O'Neil, entonces secretario del Tesoro, proclamó: “Estados Unidos no apoya los esfuerzos desplegados para dictar a los países cuáles deben ser sus tasas de impuestos o su sistema fiscal y tampoco participará en iniciativas para armonizar los sistemas fiscales”[4] (Chavagneux & Palan, 2008, p. 165).

Según el Fondo Monetario Internacional (FMI), existirían actualmente 72 centros financieros off shore en el mundo; La ONG estadounidense Tax Justice Network estima que el monto de la evasión fiscal anual en el mundo alcanzaría 255 mil millones de dólares y explica Chavagneux: “está comprobado que 50% de los flujos financieros mundiales transitan por paraísos fiscales. La mitad de los préstamos internacionales proviene de entidades bancarias instaladas en esos territorios y la mitad de los depósitos internacionales se dirige hacia entidades situadas en esas plazas financieras. Más grave aún: la tercera parte de la inversión directa extranjera de las trasnacionales acaba en los paraísos fiscales” (Chavagneux & Palan, 2008, p. 231).


La reciente crisis deja al descubierto la ineficiencia del mercado económico global pues aún cuando el capitalismo japonés, el europeo y aun el norteamericano poseen frenos, equilibrios, sanciones y capítulos sociales más amplios que los del resto del mundo, además de poseer empresarios y líderes políticos influyentes, no pudieron detener una inminente crisis, la cual, por consecuencia, también arrastra al mundo entero. Sin duda la economía global está fallando. Hablamos de frenar el privilegio otorgado al capital especulativo sobre el capital productivo. En 1970, el ochenta por ciento del movimiento de capitales en el mundo era de orden productivo y sólo el veinte por ciento restante, especulativo. Hoy, los porcentajes se han invertido: el ochenta por ciento de los tres mil millones de dólares que circulan diariamente -basta oprimir un botón- por el planeta no crean trabajo, ni educación, ni riqueza (Fuentes, 2004, p. 145). Son un monstruoso juego que desestabiliza las monedas nacionales, convierte su globalidad misma en contagioso efecto de dominó y plantea centralmente el problema del destino de la soberanía nacional en el mundo de la globalización.


Ahora podemos comprender un poco el porqué de la creciente crisis mundial. El tema de los paraísos fiscales es apenas la punta del iceberg. El mundo comienza a pagar la irresponsabilidad de unos cuantos. Probablemente los tiempos de estabilidad económica se han terminado para darle paso a una interminable época de crisis, las cuales también se han convertido en transnacionales. Tal y como menciona Osfabel en su primer artículo de esta publicación: “En realidad, El Apocalipsis no hace falta esperarlo, ha llegado.” Y efectivamente es así. Qué nos puede esperar en un mundo donde el valor del dinero es el único valor individual; en un lugar dónde nunca se es lo suficientemente rico; en una aldea mundial dónde la productividad se prolonga indefinidamente sin ninguna meta, salvo la avaricia.


Estamos viviendo no una restructuración de la responsabilidad financiera; tampoco del manejo responsable de la globalización. La era de hipocresía y desvergüenza ha llegado; en cuanto las cosas vuelvan a tomar su curso volveremos a caer en los mismos errores. Después de todo, la época es cínica y sabe que los nuevos valores tienen las piernas cortas. Interés, proximidad al ciudadano, aseguramiento de la paz, calidad de vida, conciencia de responsabilidad, conciencia ecologista…algo no marcha bien. Se puede esperar. En el fondo el cinismo espera agazapado a que pase esta ola de charlatanería y las cosas inicien su curso. (Sloterdijk P. 1989:13).


Pensemos: Si la ética se ha puesto de moda entonces habría que comenzar a preocuparnos verdaderamente…

[1] Sólo por mencionar un ejemplo: "El banco estadounidense Bear Stearns quebró en marzo pasado porque sus fondos especulativos registrados en las Islas Caimán y en Dublín tomaron riesgos aberrantes. De igual manera el banco británico de negocios Nothern Rock, el primero en ser nacionalizado por el primer ministro inglés Gordon Brown, había escondido la mayor parte de su deuda en una de sus sucursales registrada como asociación caritativa en la Isla de Jersey.
[2] El Stop Tax Haven Abuse Act, de 68 páginas, es un verdadero arsenal jurídico contra el fraude fiscal. Incluye además una lista negra de 34 países calificados como "jurisdicciones secretas extraterritoriales" en los que, según el Servicio Fiscal de Estados Unidos, se encuentran la mayor parte de esos 100 mil millones de dólares. Entre los países mencionados, siete pertenecen a la Unión Europea (UE): Luxemburgo, Liech-tenstein, Chipre, Gibraltar, Malta, los Países Bajos y Letonia. En la lista está también Suiza así como paraísos fiscales pertenecientes a la Corona Británica. Es el caso de las Islas Anguilas, las Islas Caimán, las Islas Vírgenes británicas o las Islas Turcas y Caicos. También dependen del Reino Unido otros centros financieros off shore, como las islas anglonormandas de Jersey, Guernsey, Alderney, Sacks, ubicadas en el Canal de la Mancha; así como la isla de Man, que se encuentra en el Mar de Irlanda. Destacan además Costa Rica, Panamá, Belice, Singapur y Hong Kong.
[3] Jefe de redacción de la revista francesa trimestral L'Economie Politique y jefe de redacción adjunto de la publicación mensual Alternatives Economiques, Chavagneux es además investigador del Centro para la Política Económica Global de la Universidad de Sussex (Gran Bretaña).
[4] Dentro de la administración de w. Bush se Crearon la International Tax Investment Organization, apoyada por los sectores más conservadores de Estados Unidos. Entre ellos se encontraba el poderoso Centro para la Libertad y la Prosperidad. De esa alianza nació la Coalición para la Competitividad Fiscal, un enérgico grupo de cabildeo cuyo activismo en el Capitolio permitió que los paraísos fiscales siguieran prosperando.

Chavagneux, C & Palan, R. (2008) Los paraísos fiscales. México: FCE
Aergier, A. (2008, noviembre 18). "Los paraísos fiscales: intrincado desafío.” en Proceso. P. 25
Fuentes, Carlos (2004). Carlos fuentes habla desde “El País”. España: trillas.
Rodrik, D. (2008) ¿Crisis de la globalización? Globalización de CLASESS. D3E. (S/I)

GUIÓN: Un momento más en la Alameda

1.- Ext. Alameda central. Tarde

(P. Abierto)

3:40 pasado meridiano. Aurelio camina bajo la sombra de un eucalipto verde y grande. Él un tipo famélico y lánguido, un arquetipo de embarnecimiento escuálido, acabado por los años que pasan por la piel y los cabellos, los ojos y el corazón. A punto de parecer un abuelito que no espera al gallo de la mañana; levantándose desde temprano, a la hora que se le da la gana.

El ladrido de un perro es escuchado bajo el sol casi sol de la Ciudad de México, un gemido parecido al de las animas que penan en las penumbras librando por un momento el ruido urbano. Aurelio ha logrado sentarse en una banca de la concurrida Alameda Central.

Desde la copa de un árbol que está junto al kiosco, justo frente de la banca donde se encuentra sentado, un ave casi negra pigmento murciélago, coloración adquirida del smog puro corazón de la metrópoli gris piel de bronce, despega. Cabeza de triángulo, alas extendidas para poder planear con certera belleza, patas encogidas, un auténtico diseño natural de aeronáutica.

Mientras aterriza una mujer pasa al lado del estanquillo de elotes asados que a su vez están muy cerca de las fosas nasales del viejo; eufórica, tal vez por el trabajo, la mujer que tiene cara de que se llama Ana, toca las pupilas de Aurelio. Surge de pronto un pensamiento estimulador para él: la imagina en paños menores, seduciéndola con la mirada, induciéndola cada vez más de prisa a cometer el pecado original, pareciera seguir la anticonstitución del buen comportamiento. Pagando la cuota senil, cree estar cometiendo adulterio. Mueve su mano izquierda donde se encuentra su reloj quitando la siniestra de la mano diestra, en ese instante algo cae a causa del movimiento: un crucifijo roto. El ave ha aterrizado.

corte a :

Negros

2.- Ext. Alameda central. Tarde

(P. Plano) (Rostro del Organillero)

El organillero fisgón, con ganas y degolla al gallo; Aurelio, casi se agasaja, sin angustia la migaja desgaja, sigue mirando: un momento descriptivo y cotidiano del que se es parte.

Secuencia de créditos.








20090720

CUENTO: Héroe

-Hoy sí, seguro que sí.

Me tiene sin cuidado si los vecinos hablan de mí. Son unos imbéciles. Por fortuna entre yo y ellos hay una pared, suficientemente gruesa para alejar sus gritos, su inmundicia y sus miradas. Definitivamente no sirve para nada la gente. No, no hace falta, lo tengo todo, bueno, casi todo. Si no fuera por ese idiota doctorcito queriendo dárselas de muy sabio, con sus consejitos y su peinadito de boy scout. No hace falta que un pelele al que le queda la bata grande, venga a decirme cómo debo sentirme. Después de todo, sigo vivo ¿no? Si fuera tan urgente, inclusive necesario, yo lo sabría.

-¡Al carajo contigo! ¡Maldita sea!

[Su brazo se mueve con violencia en la oscuridad, un bastón que estaba reclinado contra la pared golpea la puerta y queda tendido ahí, en el suelo. Se percibe una respiración cansada y una extremidad temblorosa que apenas sobresale entre las sábanas.]

Pero bueno, con tal de regresar después y poder dormir el resto del día, ya sin sus palabritas brincándome en la cabeza: que venga a verme, que lo reviso sin costo, que las pastillitas, que la que se cayó por asomarse. Sólo descansar mañana, y pasado, y el resto de mis días. Eso sí sería magnífico, no como esta jodida mañana. Venga a verme. Quién se cree. No vine a romperme la espalda para que un niño me diga lo que debo hacer. Un niño. Antes sí que éramos hombres. Tantos muertos y ni una sola bala disparada. Bachimba. Sólo al idiota de Orozco se le pudo ocurrir meterse ahí. Quedaron en bandeja de plata… flojitos, flojitos. Los uniformes. El dedo que dirigía el fuego de la metralla. Malditos alzados, pero en realidad no me importaba su causa. Mis medallas, cada una ganada a pulso. Y ahora me dicen que si la recetita, que si los chochitos, que ya no se embriague, padre. ¡Padre! ¡sólo eso me faltaba¡ Y me decían que mi esposa y mis hijos iban a estar orgullosos, y mis tierras, y que el presidente me iba a recibir en persona. Pero llegué y nada. Que tus hijos son unos traidores y que hubieras visto que ni puso resistencia, que casi ni gimió, y es mejor que te calles. Y después vino la pensión y este cuarto, que al menos me sirve para mantenerme separado de esos idiotas. ¡Y nada más que ese mocoso se atreva a pasar otra vez por mi puerta y le doy un bastonazo justo en la cabeza!

[Su mirada absorta, fija en una piper 8mm pendiente en la pared, con la cacha en buen estado pero podrida por dentro. A un lado, fotografías colgadas de marcos parecidos a patíbulos, cada una con sus cuatro aristas como alfileres sujetando al tiempo, clavándolo ahí, tapizando la habitación. Imágenes cercenadas que, aún después de verlas rodar por el suelo, se sienten parte del cuerpo.]

Pero, qué se le va a hacer. Hay que ir para poder regresar y dormir como Dios manda. ¡Como Dios manda¡ otro que se las da de muy sabio y se la vive ordenando. Bueno, al menos este tiene más experiencia que yo.

[El torso cubierto con una camisa arrugada y las piernas, pálidas y enjutas, con un pantalón marrón. Todo su cuerpo estremeciéndose comenzó la lucha, con movimientos pesados, para llegar a la orilla de la cama y poder sentarse.]

Malditas bestias. Pero algún día mi bastón..., algún día sus cabezas... y algún día, ya tranquilo, dormir. Idiota bastón. Idiota puerta. Idiota niño e idiotas los de Bachimba. Pero bueno, al menos ellos, tirados sobre las piedras, no se preocupan por su doctor. Los sacaron de sus pueblos, otros huyeron de la cárcel, otros tenían ganas de matar indios, los más suertudos sólo estaban ahí, sin hacer preguntas y sin ser interrogados. Me llamaron afortunado porque regresé, me dijeron que mas vidas que un gato, que la mala hierba, que el héroe. Afortunado de verdad el que no se alcanzó a agacharse y sólo quedó tendido sin saber nada más, o el que vio al otro caer y por estar de mirón le pegaron un tiro. Uno, quizá dos en medio de la cabeza. Y después la victoria con las mejillas encendidas y la falda levantada. La mano en la botella. El sonido del tren y en un segundo todo enmudeció. Despertar en un hospital de quinta. ¿Y el héroe? Los héroes no están mutilados ni arrastran una pierna, sin embargo fui el único sobreviviente. Tantas victorias, tantos muertos, una medalla por Dios sabe qué estupidez. Condenado a vivir con un brazo, y una pierna estéril, mientras que el nombre en alto del que hace la revolución detrás de un escritorio.

[Sus ojos se postraron en el bastón tendido en el suelo, y sabiendo que era necesario apoyarse en su miembro de madera, extendió el pie derecho en busca del suelo mientras que movía el izquierdo ayudado por su mano. Al tocar la fría superficie, provino, en un instante, un lacerante cosquilleo que trepó por sus tobillos hasta cubrir toda la pierna. Cayó tendido al suelo, golpeando pesadamente todo su cuerpo contra la loza fría permaneciendo con los ojos cerrados.]

ia ia no se te lo juro lo juro. se lo llevaron toditito no me dejaron ni una bendita gallina e todo no se los niños habían salido dios mediante no se y tanto fregarse uno no se no vayas que el señor se vaiga a enojar namas que juntemos unos centavitos y veras como nos largamos no vayas estate aqui silencito namas calladito no te vaigan a pegar de nuevo

[La sensación de la pierna regresaba dolorosamente arañándolo todo a su paso. En un impulso automático su cuerpo buscó levantarse apoyando sus dos manos sobre el suelo, pero su otro brazo, ese absurdo pedazo de carne jamás toco la superficie y el peso del cuerpo lo volvió a derrumbar, estrellándose nuevamente.]

solo apunta y dispara asi no no seas guaje la colocas sobre tu hombro y listo el bulto al otro lado cae redondito no te preocupes dos o tres tiros y fin del problema si se traba recoges la del matado de junto muy bien ya viste que bonito es cuestión de maña mira tu ni te preocupes por las tierras esas una o dos temporadas por aqui con nosotros y no con esos indios sin ofender y veras como te regresan todo

-Maldito bastón, malditos niños, maldito suelo, y este frío…

[Cómo si a cada instante perdiera un poco más de su cuerpo, buscó levantarse, así que apoyándose en su brazo arrastró su pecho sobre el suelo, reptando en un movimiento rítmico apoyando el brazo derecho hacia delante haciendo palanca con el codo, movía su pierna izquierda y el muñón por inercia se agitaba en el aire. De esta manera logró llegar a la puerta y tendiéndose boca arriba, sujetando el bastón, y tensando sus casi inexistentes músculos logró pararse y caminar torpemente hasta una silla cercana.]

-¡Ya te dije, idiota, si te acercas una vez más te parto a la mitad!
Qué necesidad tengo yo de soportar a ese imberbe. Pero sólo que se acerque, abro esa jodida puerta y verás.

-¡Ya verás!

Pero claro que verás. Qué necesidad viviendo yo donde vivía. ¡Y ese doctor! Sí tan sólo supiera todo lo que me debe, lo que todos me deben. Si supieran quién soy. Me dijeron que era excelente, que inspiraba a los soldados, que era un héroe, y que mi familia no debería preocuparse más, que me darían una casa en la capital.

[Ya disminuido el dolor, se acercó a la mesa en donde se encontraba una camisa del mismo color que la que traía, sucia del pecho, un pantalón marrón y un par de zapatos. Colocando el bastón sobre la mesa para disponer de su mano, se quitó su ropa y la puso sobre el mueble. Tiró los otros pantalones limpios al piso y metió sus débiles piernas ayudadas de su mano, haciendo un acto de equilibrismo. La camisa era más difícil de colocar, pero no tanto como los zapatos, sin embargo, no imposible. Ponérsela no costaba tanto como abotonarla, ya que el muñón debía sujetarla retorciéndose como un animal herido.]

Antes de que regresen a sus hogares estos valientes soldados deben saber que la batalla fue dura pero, gracias a ustedes y sólo a ustedes obtuvimos la victoria. Tantos héroes y hermanos caídos dejaron su vida en el campo, bajo la providencia que nos sostiene, y ustedes, los más valientes, han ganados el camino a casa, a reencontrarse con sus mujeres e hijos y vivir junto a ellos una larga vida. Son héroes, lo han ganado.

[Frente a la puerta, de espalda a su habitación, sujetando la perilla, vuelve a escuchar los mismos pasos que impertinentemente se acercan corriendo para después alejarse con impunidad.]

-¡Eso es todo! Por fin hoy te romperé la cabeza, maldito mocoso.

[Entreabrió la puerta y sujetó el bastón en alto esperando asestar un golpe mientras se asomaba para ver al intruso, pero el pasillo estaba vacío, desierto e infinito, prolongándose en la oscuridad, sin embargo, sumergido en la sombra sabía que él se encontraba. Esperando. La penumbra se prolongaba hasta lo indefinible y cerró la puerta regresando en un instante a la cama.]

-De seguro que ahí está, de seguro regresa, y aunque tenga que esperar todo el día acabaré con él. Después de todo la cita puede esperar. Pero mañana sí, seguro que sí.

ENSAYO: Cultura y Globalización (I de II)


¿Hasta qué punto un proceso económico puede influir en la transformación cultural de una sociedad?


Primero que nada, hace falta resaltar la diferencia entre cultura y tradición, ya que si bien la primera está conformada por el conjunto de modos de vida creados, aprendidos y transmitidos de una generación a otra entre los miembros de una sociedad particular, la segunda vendría a ser no sólo ese conjunto de modos de vida, sino también su invención.


Para Anthony Giddens la idea actual de Tradición es en sí una creación de la Modernidad. Todas ellas son invenciones del ser humano que, consciente o inconscientemente, han sido creadas para legitimar el poder. Y que además, tienen la capacidad de ser modificadas, reinventadas o intercambiadas según sea necesario.


Por tanto, es erróneo pensar que el concepto de Tradición está estrictamente relacionado con una antigüedad milenaria, con algún símbolo religioso, el dogma o con la ignorancia, tal y como lo hicieron en su momento los Ilustrados.


Ahora bien, puesto que algunas tradiciones son de reciente invención, queda claro que no es su duración en el tiempo ni su propagación geográfica lo que las convierte en un fenómeno cultural tan importante. El punto medular es el ritual y su repetición; así como el hecho de que deben ser practicadas dentro de una colectividad, de lo contrario pierden validez y se convierten sólo en un hábito. Por ello es que están sujetas a vigilancia por parte de los guardianes de la tradición, quienes son los únicos capacitados para indicar el modo de construcción del ritual y sus posibles interpretaciones.


Para Giddens, este proceso modificador de la tradición, la Globalización, ha ocasionado dos reacciones: por un lado el Cosmopolitismo –que también se ha llamado norteamericanización- y por el otro el Fundamentalismo, ambos enfrentados entre sí. El primero ha drenando la tradición de su contenido sagrado y se ha encargado de comercializarlo –ora en forma en souvenirs ora en kitsch.


Contrario a lo que podría pensarse el surgimiento del Fundamentalismo – que no es sinónimo de Fanatismo- surge en oposición al Cosmopolitismo. Se trata de “una Tradición asediada”, y aunque parece ser la antítesis de la globalización, se trata más bien de una reacción a la desacralización que provoca.


Y aunque es claro que el Cosmopolitismo va ganando esta confrontación, cabe destacar que éste tiene a su favor un arsenal de recursos para promoverse: los media y las nuevas tecnologías. Como señala Tom Friedman, es un hecho que los medios de comunicación norteamericanos son los que más influencia tiene a nivel mundial; el Internet, películas, noticias, series televisivas y los anuncios de las grandes marcas son principalmente de procedencia norteamericana. Asimismo, la abrumadora mayoría de las telecomunicaciones operan en idioma inglés.


De la misma forma, la desregulación y privatización de los medios es lo que ha permitido que el vertiginoso desarrollo tecnológico haya accedido a los hogares. Eventualmente, es en este punto que aparece una paradoja: si bien la tecnología es una herramienta para insertar nuevas tradiciones, serán los contenidos quienes finalmente acaparen el papel principal. Serán ellos quienes moldeen las nuevas formas de actuar, quienes puedan sacralizar o desacralizar.


Ahora bien, como dice De la Dehesa, la pregunta lógica que se plantea a continuación es ¿Acaso este proceso va a terminar eliminando las tradiciones y por tanto, las culturas nacionales, regionales o locales del resto del mundo?


Aunque hasta cierto punto podemos afirmar que el proceso globalizador ha modificado, en mayor o menor medida, algunas tradiciones tanto del mundo occidental como del mundo occidentalizado y que por ello también habrá modificado la cultura de dichos lugares, debemos aceptar el hecho de que sólo una mínima parte de la población mundial goza de los beneficios plenos de la globalización; y que un porcentaje sólo un poco mayor –mas no la mayoría-, vivimos en un mundo aparentemente “occidentalizado”. A juicio de Samuel Huntington aquí en Occidente –su occidente- nos creemos que el mundo está más influenciado por nuestra cultura de lo que realmente está, “salvo una élite relativamente pequeña, el resto del mundo ignora u odia la cultura occidental”.


Creemos que McWorld ha permeado al mundo. En consecuencia, sólo ciertos rasgos han cambiado, es decir, que hay un cierto nivel de modificación cultural, pero éste sigue siendo mínimo.


Ésta es la postura de Samuel Huntington, quien estima que la principal fuente de conflicto en este nuevo mundo no será ideológica o económica sino que el factor dominante será el cultural.


Por otro lado, cabe señalar que aunque el proceso globalizador no es en sí un “modificador” de la cultura, puesto que su área de acción está fundamentalmente en el terreno económico, las repercusiones sí llegan al terreno cultural, o al menos así son percibidas por la población, quienes ven que los estándares norteamericanos están invadiendo su cultura y como se dijo antes reaccionan tratando de evitar dicha “invasión”.


Lo que es indudable es que aunque la cultura globalizadora y los media puedan modificar hasta cierto punto la mentalidad y ciertos rasgos culturales, resulta quimérico pensar que es posible llevar adelante una homogenización de las sociedades; puesto que si consideramos que la cultura es la sustentación de la identidad, colectiva o individual, ésta parte difícilmente puede estandarizarse.


20090107

ENSAYO: Cien, doscientos y los que faltan


Por Ludwig Rossell


Quien no conoce la historia está
condenado a repetirla
J. Santayana


Se aproxima el centenario de La Revolución Mexicana y el bicentenario de La Independencia de México, y mientras algunos han comenzado a mover las piezas del ajedrez político del país aprovechando la ocasión para vestir sus jugadas con la sombra de lo que significan en el ideal colectivo estos movimientos, otros se preguntan cuál es el significado de aquella cuenta regresiva que se levanta altiva en el Zócalo de la ciudad, así como la procedencia de aquellas extrañas monedas que tienen acuñado el año 2010. Lo que sí es seguro es que todos levantan la mirada al cielo impacientes del fin de la continua pero segura marcha de este monumento al tiempo pasado. Camina un trayecto directo al cero, hacia un punto donde, muerta la espera, ocurra un acontecimiento ajeno a la cotidianidad, que sustituya un hecho por otro, sí no ¿cuál es el sentido de contar el tiempo?

En este punto lo que cabe preguntarse es ¿cuál es este evento que se espera tan ansiosamente?. A primera vista cualquiera sabe, a excepción de los despistados que creen que las monedas conmemorativas son falsas, que marca el aniversario de La independencia y La Revolución . Este tótem con sus ojos que cada día caminan hacia delante en una marcha hacia el pasado nos invita a recordar los eventos que hace cien y doscientos años respectivamente acontecieron en la historia de México, eventos que ahora tras cumplir una y dos centenas nos hacen preguntarnos ¿qué viene ahora?

Recordemos que con el descubrimiento de nuestro continente surgió una distinción entre dos américas; una angloamericana y otra iberoamericana. Dicha distinción se basa en el choque cultural existente dentro de la visión colonizadora de los españoles ante la cual surgió un mundo nuevo, totalmente desconocido, que a diferencia de la América anglosajona, no es una prolongación de Europa sino una creación ideal por parte de España. Dicha concepción, en consecuencia, no guardaba relación alguna con la realidad de las tierras descubiertas, en las cuales, además de la paradisiaca geografía que ofrecía el continente, surgió el problema de explicar a los seres que en ella habitaban. Este choque ocasionó que esta realidad no haya podido ser expresada dentro de los parámetros del mundo hispánico, causa que consecuentemente desembocó en la búsqueda de implantar la cultura europea por el desconocimiento de la nativa.

Pero, ¿cuál es la visión de los colonizadores que arribaron a América? En Europa durante el siglo XVI y XVII los dos mundos paradigmáticos eran Inglaterra y España. El primero pretendió la apropiación de la naturaleza, de la adaptación del medio a sus necesidades, una visión moderna a través de la técnica, mientras que la concepción española que llegó, fue la tradición siendo pagana la idea de mejorar la creación divina. De esta forma los dos modelos llegaron a América como proyectos diametralmente opuestos, donde el sajón de esencia adaptable se transformó de acuerdo a la realidad que se le presentó mientras que el ibérico transformó a la realidad de acuerdo a su visión.

Tras el choque cultural el problema de la identidad de los habitantes de esta América, la ibérica, estaba bien definido: por un lado estaban los indígenas y por el otro los españoles, sin embargo los criollos compartían estos dos orígenes permaneciendo en un equilibrio relativo: con respecto al español eran iguales en origen pero distintos en género. Se sabían a sí mismo peculiares lo que propició que se creará un ideal exagerando lo bueno y malo, creando una idea de la tierra que habitaban y de sus cualidades físicas. En resumen surge un ideal de lo que es ser criollo.

Tras el proceso de independencia consecuencia de este ideal de clase, el criollo ya no sólo se veía distinto de la concepción peninsular sino que la negaba por completo sin que esto llegara a significar que dejó de estar ahí. Los criollos al verse dueños de una nueva tierra negando su origen se encontraron en la necesidad de crear una nación desde las bases mismas así como de buscar una identidad nueva totalmente independiente del hombre peninsular, una auto definición. La creación de este modelo se vio en manos de algunos intelectuales que formaron un grupo no homogéneo ya que se dividieron entre aquellos encontraban en Estados Unidos un paradigma de progreso y de ejemplo a seguir, mientras que otra facción deseaba conservar el modelo administrativo colonial con la diferencia que ahora ellos eran los encargados del gobierno. Las distintas posturas de los dos bandos analizadas por O´Gorman[1] demuestran irrefutablemente que la dicotomía entre la implantación del modelo tradicional frente al moderno no existió ni existe sino que en esencia los dos bandos buscaban el sincretismo en los modelos propuestos. En la tesis liberal se postuló partir del modelo moderno y tomándolo como esencia sin rechazar por esto la tradición, es decir que se quiere la prosperidad de la modernidad sin hacer a un lado el modelo colonial, mientras que la facción conservadora plantea al modelo tradicional como esencia con el beneficio de la modernidad, es decir que este modelo cambia su base por la tradición pero buscando ser competidores de los estados modernos.

A pesar de que en esencia ambos modelos buscaban el mismo objetivo conservando la tradición siempre presentaron y presentan actualmente una dicotomía que hoy día a dado por llamarse derecha e izquierda respectivamente, una pugna irreconciliable entre el pensamiento innovador y el que busca conservar al estado tal cual es. Sin embargo este aparente equilibrio en la afrenta no se mantuvo ya que, como bien lo notaron los liberales, la carga de la herencia cultural era tan fuerte que el modelo anglosajón fue y es una imposibilidad en la práctica. Esta impotencia se tradujo en la búsqueda de un culpable que se encontró en el modelo mismo mientras que se desconoce que la herencia colonial es la verdadera culpable. Así, a los ojos de los liberales fue Estados Unidos y su modelo corrompido en alianza con la facción conservadora la causa de que el proyecto de nación liberal no haya podido llevar a cabo, y por el otro lado los conservadores ven a este país como una potencia egoísta que no comparte su modelo para conservar la hegemonía económica.

Para finalizar son estas dos facciones las encargadas de la lucha revolucionaria, que más que una revolución fue una guerra civil idealizada por los mismo bandos en busca de un ideal. Bandos conformados por dar un ejemplo por Porfirio Díaz, liberal por origen pero conservador en su ideología, es decir un presidente-emperador, un liberal-conservador, mientras que aquellos que se opusieron a su régimen perseguían los mismos motivos de aquel que derrocaron.

La revolución en definición significa un movimiento, un cambio y una alternancia entre varias propuestas pero después de varios años de lucha sangrienta entre iguales, entre proyectos gemelos con un rostro diferente, el cambio no se cumplió ni se ha cumplido, y no se logrará hasta que un nuevo modelo en esencia diferente sea propuesto. Así que para todos aquellos que en vísperas del anhelado cambio continúan observando atentos la cuenta regresiva esperando que en este centenario y bicentenario se produzca una transformación sólo verán mudar de disfraz a las mismas bases y proyectos hasta que una nueva propuesta levante la mano y pida la palabra.

[1] Véase EdmundoGorman. México. El trauma de su historia.