20100902

ENSAYO: DIOS

El nombre es importante sobre todo porque, de ser nombre común de una clase de cosas (dioses) , se ha vuelto Nombre Propio, como el de usted o servidor (y se escribe con mayúscula, como el de todo sujeto debidamente identificado), Nombre Propio, que ya no significa nada, pero quiere referirse a alguien, único y solo, que es el que lo lleva, de modo que Fulano es Fulano como Dios es Dios, y, aunque cambie de apodos en uno u otro idioma, no es otro, sino el mismo siempre, un ser puramente ideal, que es en lo que está su poder mortífero.
Cuando los nazis, hace 70 años, mataban gente y arrasaban, lo hacían en nombre de un Ideal, que por adorno se diría Raza Aria u otras monsergas, pero que en verdad era ése: la totalidad, el futuro, o sea Dios.
Era el mismo que, a lo largo de las sarracinas del Antiguo Testamento, guiaba derechos a su destino a los elegidos de Dios Uno: la fe en su futuro y el dominio de las gentes todas. O, cuando Mahoma mandó a los suyos a conquistar el mundo repitiendo hazañas parecidas, era el mismo el Ideal el que los movía: al futuro, a la totalidad.
Y, cuando algún mandamás del Régimen actual (el del Poder consagrado al movimiento del Dinero) regurgita los horrores de hace 70 años, está tratando de distraernos de las mismas hazañas de administración de muerte que el Régimen actual realiza, con pretextos como la búsqueda del Petróleo o el honor de la Bandera, pero al fin movido por el mismo Ideal: la fe en el futuro, el dominio de la totalidad. Dios es el mismo de siempre.
Piensen los corazones qué es lo que se puede hacer con Él.